"EL RÍO COLOR DE LEÓN"

Buenos Aires es mi ciudad, la capital de la República Argentina, bonito país de América del Sur. Está ubicada a orillas del Río de la Plata, un río con singulares características que lo hacen único en el mundo. Su color marrón hace que se lo denomine: "el río color de león" no solo por su color, sino también por la ferocidad de sus condiciones climáticas. Cada tanto les voy a contar experiencias de navegaciones en este río tan particular que produce en los navegantes deportivos argentinos explosiones de adrenalina majestuosas... Croker Nauta

EL RÍO COLOR DE LEÓN

EL RÍO COLOR DE LEÓN
Foto Satelital del Río de la Plata

viernes, 11 de mayo de 2007

Otro rol en la tripulación

Siempre en un velero cuando se habla de la tripulación se cuentan meritoriamente las experiencias de por ejemplo:
el navegador (quien lleva la derrota del velero y en el que confiamos ciegamente nuestro destino surcando los ríos y mares), hablamos del timonel (quien guía la nave con majestuosa habilidad), recordamos las destrezas del proel (quien tiene la responsabilidad de las maniobras en las velas de proa).
Pero a prestar mucha atención, nunca pero nunca, nos dedicamos a contarle a la gente historias del tripulante número uno: el master, el equilibrista de toda la tripulación, el que tiene la inmensa responsabilidad de tenernos contentos a todos durante las 24 hs. del día aguantando los cambios de cada una de las guardias. El que siempre esta de buen humor nivelado o escorado, en los días esplendidos o bajo la presión de los peores temporales.
Pero ¿Quién es este tripulante?
Este tripulante mágico es…
“El cocinero”, a quien le debemos nuestros mayores respetos por cuidarnos y alimentarnos para estar fuertes y con mucha energía, para así poder soportar día tras día todas las millas que tiene una larga singladura.
Yo particularmente valoro este rol, debido a que mis primeras navegaciones oceánicas las hice como cocinero de abordo. Va este sencillo homenaje a todos los cocineros nautas.
Salud!!!
Extractado de las memorias del Nutria.
Los navegantes del Río de la Plata lo conocíamos a Mario Capdevila como Espumadera, seudónimo con el que firmaba todos los meses la página de Cocina Práctica de la recordada revista "Barlovento".
En esa época, ser cocinero de abordo era mucho más difícil que en los días que corren.
No disponíamos en los barcos de heladeras eléctricas y, con las de hielo, a medida que pasaban los días, era necesario desprenderse de los alimentos frescos y perecederos que se iban deteriorando.
No había comidas congeladas y las conservas eran elementales y poco variadas.
El arte de cocinar abordo, especialmente de un velero, comenzaba con la compra racional de las vituallas y dependía, en buena parte, del ingenio para crear platos apetecibles a partir de lo que iba quedando disponible.
Mario dominaba ese arte con habilidad y gran maestría.
Era un hombre de rostro bonachón, siempre de buen humor, tranquilo, fumador en pipa y entrañable compañero de aventuras.
Durante la semana trabajaba en Obras Sanitarias y los sábados, domingos y feriados se dedicaba de lleno a navegar y a cocinar abordo, para sus amigos.
Junto con su hermano Horacio, acompañaron durante años, en la primera "Nutria", a Manuel Campos, nuestro inolvidable amigo creador de las balleneras, de cuyo tablero de dibujo salieron, además, el "Legh II" de Vito Dumas, el "Gaucho" de los Uriburu y el "Fortuna" de la marina, entre otros famosos barcos.
La primera "Nutria" era un bote salvavidas tinglado, rezago de la Marina, al cual Campos le había agregado un aparejo Bermuda y una orza.
De allí nació la idea de las balleneras, que se plasmó en el diseño formal de la segunda "Nutria", en la que también navegaron Campos y los Capdevila.
Cuando mi padre se la compró a su segundo propietario, el doctor Trefogli, la recibimos impecable. Mi padre y yo tuvimos el privilegio de que Manolo Campos y Espumadera se nos unieran para formar una tripulación que se caracterizó por la confianza y el afecto que nos profesábamos.
Cada vez que revivo alguno de esos momentos, inevitablemente se anudan en mi pecho nostálgicos recuerdos.
La época de la "Nutria" fue, sin duda, una de las más felices de mi vida...

En la foto la Nutria.
Foto y nota de Manuel Torrado (padre).
Croker Nauta.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Jorge, He visto tu página. Te felicito pues creo que es una de las más originales dentro de la náutica. Por sus notas, sus encuadres y su presentación. Súmale a ello la continuidad que le veo que es generalmente lo que no tienen en general muchísimas cosas que salen y luego en poco tiempo mueren. Felicitaciones y si queres podemos hacer un interlink con www.pfdb.com.ar pues estamos haciendo un Tomo II con bastantes novedades y presentación diferente. Si Dios quiere nos estaremos viendo en el módulo de Navegación con mal tiempo en unos días. Decime por favor “soy crockercito” :o)) Un abrazo Pepe Rothman.

La_Marieta dijo...

Qué bonito que le des el lugar que le das a quien tanto te da.

Tengo un primo que quiere ser cocinero de un barco, yo, en cambio, siempre quise llevar el timón... a falta de barco, navego por la red... me detengo de vez en vez en algún puerto... este me gustó.

Saludos desde Colombia

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Linda gráfica ¿no?

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