"EL RÍO COLOR DE LEÓN"

Buenos Aires es mi ciudad, la capital de la República Argentina, bonito país de América del Sur. Está ubicada a orillas del Río de la Plata, un río con singulares características que lo hacen único en el mundo. Su color marrón hace que se lo denomine: "el río color de león" no solo por su color, sino también por la ferocidad de sus condiciones climáticas. Cada tanto les voy a contar experiencias de navegaciones en este río tan particular que produce en los navegantes deportivos argentinos explosiones de adrenalina majestuosas... Croker Nauta

EL RÍO COLOR DE LEÓN

EL RÍO COLOR DE LEÓN
Foto Satelital del Río de la Plata

viernes, 4 de mayo de 2007

Escribiendo a un amigo

La primera vez que salia a navegar en el Océano Atlántico, tenia un montón de sentimientos compartidos. Por un lado muchísima ansiedad, algo de temor a lo nuevo, y unas infinitas ganas de comunicar lo que me iba pasando. Hoy después de mucho tiempo y recordando esta navegación encontré el mail que le escribí a mi amigo Javier, un colega publicista a quien le contaba mi primer experiencia en el mar. Cuando la volví a leer me emocione y dicidí compartirla con todos ustedes.
Hola Javiercho como lo prometido es deuda te envió este e-mail, tarde pero seguro. Espero que Dana, Sofi y el Bebe se encuentren bien. Esto que te escribo es un resumen de la navegación que le envié a un amigo hace unos días y que ahora te amplié, para que más o menos, te dé la idea de lo que veníamos haciendo. Así que lo que te cuento, tómalo como una humilde experiencia de navegación de un amigo, que le cuenta a otro amigo lo acontecido en sus primeras aventuras marineras:
Desde el domingo estamos esperando el momento propicio para salir a Bs. As. navegando solamente a vela, pero los vientos no rotan. Para que te des una idea, en este momento sopla W con una intensidad dentro del puerto de 25 nudos, arranchándose a 30 nudos, conclusión puerto cerrado.
Imaginate los paquetes de ola y el viento que puede haber afuera. Yo ya los vi.
El resumen contaba:
Zarpamos del Club de Veleros Barlovento el día 3 de noviembre desde Victoria. El día 10 de noviembre llegamos al Puerto de la Paloma, último puerto de la república oriental del Uruguay en el que podemos entrar. A partir de acá nos esperan 183 millas náuticas al puerto mas cercano del Brasil que se llama Río Grande Do Sul. Unos 2 a 4 días de navegación si la meteorología ayuda. Hasta hora la meteorología no nos ayudo mucho, y el tiempo se sigue acortando. Desde ayer estamos en este puerto porque afuera soplan vientos muy fuertes, un temporal que posiblemente siga hasta el sábado. Para Alberto y para mi el viaje es sin apuro, sin locuras y hasta donde lleguemos en un mes, y esto es poco tiempo para llegar a Angra Dos Reis, dudamos que lleguemos a Florianópolis, así que llegar a Río Grande Do Sul para mi y para Alberto va muy bien. Con Vito nos cagamos de la risa, pero el esta muy ansioso y quiere seguir a toda costa, y muchas veces hay que frenarlo. Estoy por fin navegando en mi primer aventura en el mar, y la verdad es que ya rompí el mito de que el mar es mas jodido que el Río de la Plata. En la primera singladura, que la queríamos hacer a Puerto Sauce, en nuestro primer día de navegación en el Río de la Plata, que fue sin duda la más dura que me toco navegar en mi vida, fue con temporal fuerza 5. Vito me gastaba y me decía:
- Muñeco que debut..., ¿cómo será el mar para vos?
Queríamos entrar al Puerto de Riachuelo que estaba antes de Sauce, y ni siquiera podíamos llegar, así que antes que nos tome la noche entramos a Colonia, puerto seguro y claro para entrar en condiciones duras. El Río de la Plata nos cago a palos, en esta singladura soplaron vientos de 35 nudos con rachas de 40 nudos, navegamos con mayor tomando 2 manos de rizos y en proa solamente la trinquetilla, la velocidad del Gringo fue entre 7 y 9 nudos, altura de ola entre 2 y 3 metros. Después estuvimos en el puerto cerrado un día más. Cuando pudimos salimos navegando todo un día, haciendo navegación nocturna hasta el Puerto de Buceo, en Montevideo. Al otro día navegamos al Puerto de Piriapolis también de Noche. Y después nos tiramos a la Paloma y nos volvió a tomar otro temporal, a la altura de la Isla de Gorriti (esto es Punta del Este), con lluvias y viento muy fuerte, peludiando tirando borde y borde, solo avanzando unas dos millas. A las 20.30 hs disidimos entrar a Punta del Este, ya muy cansados, hicimos noche y al otro día a las 06.00 hs salimos con rumbo al Puerto de la Paloma. Navegamos muy bien con vientos de través de 10 a 12 nudos, haciendo un promedio de velocidad de 6 nudos, con muy poca onda de ola. Para mi todo nuevo en cada jornada de navegación me queda la sal impregnada en los labios, esto me gusta cada vez más. Casi llegando a la Paloma el área del puerto quedo cubierta en una bruma y comenzó a lloviznar aparte calma chicha, prendimos chocolatera (motor). La entrada se complicó, en la radio anunciaron que venia un temporal de fuerza 9, tomamos por primera vez 3 manos de rizo, y en proa enrollamos el Yankee, quitamos la trinquetilla e izamos un tormentín. Estamos preparados para el sifonazo. Ya teníamos problemas para entrar, por suerte entre la bruma apareció un pesquero de media altura, que envuelta encontrada se presento por radio y se identifico, avisando que nos habíamos pasado de la enfilación a puerto, el capitán del Virginia 1 corto maquinas nos espero, y nos pidió que lo siguiéramos, él nos indicaría la entrada a Puerto. Entramos, mientras él acodero su barco, un pesquero de unos 40 metros de eslora, luego el capitán nos vino a ver cuando nosotros terminamos de amarrar. Ahora empiezo a entender al verdadero hombre de mar, el de oficio, el de trabajo, que no nos abandono a pesar de estar apurado para entrar a puerto. El se llama José, no lo voy a olvidar, un tipo humilde, un capitán de verdad, me sorprendió lo que dijo:
"que por el código de mar no nos podía dejar ahí cuando viene un temporal, para mi barco este temporal es muy peligroso, para el de ustedes también". Le regalamos en agradecimiento una botella de vino, que no quería aceptar, el tipo al rato, apareció con un Yellow Fish (Atún Aleta Amarilla) de 25 Kg. Demás esta decirte que solo aproveché un lomo para hacer esa noche un chupín, lo demás lo regale, parte a unos marineros de un pesquero, y otra parte a una pareja de australianos que estaban en un velero al lado del nuestro, de camino al Cabo de Hornos. Estas son las experiencias que buscaba, la vida de los puertos de trabajo, nada que ver con la vida superficial de los clubes náuticos, llena de marinos de camareta. Este comentario que hago no es ofensivo, ni tampoco quiero subestimar a los navegantes deportivos, en los cuales humildemente me incluyo, pero la diferencia es tan abismal entre los marinos de trabajo y nosotros, que me gratificó poder hablar con uno de ellos, los tipos saben muchísimo, todos los días navegan, salen a ganarse el pan con sus barcos, y el respeto que le tiene a las fuerzas de la naturaleza es admirable, siempre te tratan de contener, por radio nos cuidaban, nos daban las coordenadas para entrar a los puertos, y el hecho de ver detener su nave para esperarnos, la verdad es que me conmovió. Son tipos grandes de verdad.
Segunda síntesis:
Puerto de la Paloma hacia Río Grande Do Sul.
Fue para mi la peor parte de la travesía, salimos con mar de fondo debido a ese temporal que había pasado, desde que salimos de la Paloma estube mareado y mi estomago no se recupero más.
Es la primera vez que me ocurre tan prolongado. No me pasaba comida ni líquido, fijate el estado catatónico en que estábamos que para darnos ánimo nos bautizamos como: “LOS NAUTICOS INDIGENTES”: Mareógrafo, Cadáver y Resaca.
Los tres hechos mierda, pero el que mejor la paso fue Vito, el viejo se la banca de verdad, duerme casi nada, esta siempre adentro, sobre la mesa de navegación y se marea poco.
Para que te des una idea de los cuatro días de mareo, el primero comí tres galletitas de agua y tome tres sorbos de agua mineral, el segundo día comi una porción de queso y dulce, el tercero una naranja y una banana, ya mis músculos casi no los sentía, y empecé a tomar más agua.
Tan solo el cuarto día me animé a cocinar unos fideos con manteca que todos comimos.
Faltando poco para llegar a Río Grande Do Sul cuando una calma chicha nos tomo, tuvimos que navegar a motor, todo bien hasta que sentimos un ruido extraño, nos quedamos sin cavitación. Se había cortado el eje de transmisión y por ende la hélice no cavitaba.
Faltando muy poco casi 11 millas al Sur de Río Grande el capitán tomó una sabia decisión, debido a la fuerte corriente y a todas las millas que teníamos que navegar hasta el Iate Clube de Río Grande do Sul, y visto que sin motor no podíamos llegar, viramos pegando la vuelta con destino a Bs. As. sin escalas ya que los vientos nos eran favorables, (francos) en ese momento la suerte nos acompaño.
Navegamos muy bien hasta el través de Pirlápolis haciendo muy buen tiempo de navegación, hasta que al mediodía del domingo nos tomo una calma chicha que nos dejó derivando en la corriente, arrastrándonos hacia la ruta comercial de los buques mercantes,
Nosotros esperábamos que el viento soplara y esto no pasaba…
Los mercantes se veían cada vez mas grandes, calculamos que en una hora más estaríamos en el medio de ellos, como esto era peligroso, se nos ocurrió inflar el gomón ponerle el motor fuera de borda, y con con la ayuda de un cabo de remolque sacaríamos al Gringo del medio del trafico.
Preparamos el gomón, el motor, el cabo, pero el motor fallaba y no lo pudimos remolcar. Desistimos. Sin más, pedimos remolque a prefectura para que nos lleve a puerto, al cual entramos a las 2300 Hs.
Ahora le vuelta es lenta ya llevamos varios días en este puerto esperando que aquéllos vientos roten del cuadrante Norte, para que nos empuje por lo menos pasando Montevideo y salir del trafico comercial de los buques mercantes, ya que nosotros con maniobra restringida no podemos hacer mucho si nos agarra una calma chicha.
Pensamos que ya dentro del Río de la Plata las cosas cambian, si se calma fondeamos ya que no hay tanto tráfico comercial.
Mientras tanto, mi tarea en la cocina hace que la tripulación este con muy buena onda.
Yo tengo un dicho “Panza llena, tripulación contenta”
Esto es todo Javiercho. Espero pronto verte cuando llegue a Bs. As.
Un fuerte abrazo Jorge

En la foto contando historias a mis amigos, sentado en el muelle de la Fantasy Island.
(del archivo de Paula Franco).
Croker Nauta.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Che man como te va?? yo soy fanatico de la nautica navegue en un monton de barcos h19 h20 pk 22 mystic 240 29er optimist lasery alguno que otro mas como es ??..... muy bueno el blog el mejor que vi!!!!
bueno man saludos y te dejo mi mail yo tambien soy de buenos aires talvez algun dia podramos sali a navegar en el h te dejo mi mail El_nuevo_palmirense_martin@hotmail.com

y tambien el flog asi te das una vuelta http://fotolog.com/tincho_54

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