Pero Alinghi decidió que la hora de esconder cartas quedó ya atrás y, exprimiendo la velocidad de su Sui 100, catalogado como un barco invencible en ceñidas, igualaron y adelantaron a los neozelandeses en un viento muy estable. Se configuró entonces la primera guerra de viradas. Los mismo niveles de perfección mostrados por las maniobras kiwis se veían en el barco europeo, por lo que la diferencia entre uno y otro se alargaba y recortaba con igual facilidad.
El paso por la primera baliza mostraba que Alinghi tenía una ventaja escasa de 12 segundos sobre los neozelandeses. La velocidad de empopada de los kiwis, de sobra demostrada en las series de la Louis Vuitton Cup, prometía una igualdad máxima en la puerta de sotavento. Pero la sorpresa saltó en las aguas de Valencia cuando se pudo contemplar que el Sui 100 aguantaba sin problemas e incluso conseguía alargar la ventaja hasta los 20 segundos.
A sabiendas de que la reacción kiwi debía comenzar de inmediato, Dean Barker y la tripulación oceánica dieron lo mejor de sí y consiguió acercarse hasta los 15 metros. Pero, en otra interesante lucha de viradas, los helvéticos acorralaban a los neozelandeses hacia el layline derecho, lo que les permitió izar el spi con 13 segundos de ventaja.
La última empopada confirmó que los neozelandeses, que a priori contaban con mayor velocidad a favor de viento, tendrán que reestructurar su estrategia ya que la punta de velocidad europea en empopada es sorprendentemente alta. Sin opciones debido a la ausencia de roles considerables y a la actuación impecable de los europeos, los kiwis se limitaron a ver como sus opciones de victoria se redujeron a la aparición de algún problema técnico en el barco suizo, rotura que no llegó.Conclusión: 1-0 y golpe de autoridad importante del barco patroneado por Brad Butterworht.
La próxima cita, mañana a las 15.00.
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