Cuando abordamos el Grigo, la cara de Vito lo decía todo, solo teníamos diez minutos para estar en la largada, aún recuerdo ese momento, era todo adrenalina pura, no había tiempo para nada, el barco me deslumbro, pero no tenía tiempo de digerir el asombro.Alberto que fue quien hizo posible que nos embarcáramos en el Gringo, nos presento a Vito, apenas le pude dar la mano, en ese momento escuche:
Muchachos en el Gringo hay un solo Capitán y Skypper. Este, es Alberto, hombre de mi confianza al que le entrego la embarcación en este momento, todos somos tripulante de él, aunque yo sea el propietario…
Mientras se escuchaba esto, el barco ya estaba navegando a motor y saliendo de Dársena Norte.
Vito me tomo del brazo mientras entrábamos a la carroza me dijo:
- Muñeco estas a cargo de las esclusas y todos los tambuchos, cerrá todo, que el barco esté hermético, no quiero agua adentro. Ah, cerrá las perillas del gas en la cocina.
- Bueno. Conteste.
- ¿Sabes cocinar?
- Sí.
- Bien, entonces estas a cargo de las comidas también. Esta, es la heladera, y ahí están estibados los víveres. Muñeco siempre todo ordenado, mira que estas a cargo de todo…
- ¡Genial!
Esto me generaba mucha presión, me daban órdenes en un barco que no conocía, pero para esto me había formado, así que me tranquilice, y buscando, encontré cada una de las esclusas, tambuchos y ventiluces, los cerré correctamente. Todo lo hice solo aplicando lo que había estudiado hacia meses…
Después rápidamente revise el tema de las comidas, heladera, cocina, cacerolas y todo lo demás…
Yo mientras trabajaba adentro escuchaba lo que pasaba afuera…
- ¡Arriba la mayor!
- Vamos…
- ¡Desenrollar el paño en proa!
- Más rápido.
- ¡Corta motor!
- Listo…
- ¿Estamos navegando a Vela?
- Sí.
- ¡Caza la escota de proa!
- Más…, más.
- ¡Ahí!
- Bien, bien…
En cubierta se trabajaba a toda velocidad: la vela mayor ya estaba izada al igual que el yankee en la proa, desde adentro mientras me ponía mi traje de agua se podían escuchar las corridas y las ordenes impartidas a la tripulación para que vayan haciendo las maniobras, mientras el barco ya rolaba. En ese momento escuche:
- Muñeco a cubierta, no te quiero mareado…
- ¡Fila el traveller un poco a sotavento!
- Bien, bien…
- Caza más la mayor.
- Cazaaaa…
- No tanto, fila un pelín…
- Bien, bien, así…
- ¡Todos de a uno adentro, vístanse con traje de agua y botas!
Yo ya estaba cambiado, iba bien, me había adelantado a la situación, todo lo que relato paso en solo ocho minutos, cuando estábamos los cinco en la cubierta, el barco navegaba a vela, ya habíamos cortado el motor, nos encontrábamos en la línea de largada entre la flota, que contaba con más de veinticinco veleros.
Mientras yo trataba de disfrutar de todo el entorno de la regata, sonó el top y ya habíamos largado. Estábamos en regata con el cuchillo entre los dientes, a pura adrenalina, en un río con ola, y un viento lo suficientemente fuerte para que este velero navegara a unos 5 o 6 nudos de velocidad, con un viento soplando a 10 nudos de través, todavía no mojaba pero todos estábamos preparados.
Muchachos en el Gringo hay un solo Capitán y Skypper. Este, es Alberto, hombre de mi confianza al que le entrego la embarcación en este momento, todos somos tripulante de él, aunque yo sea el propietario…
Mientras se escuchaba esto, el barco ya estaba navegando a motor y saliendo de Dársena Norte.
Vito me tomo del brazo mientras entrábamos a la carroza me dijo:
- Muñeco estas a cargo de las esclusas y todos los tambuchos, cerrá todo, que el barco esté hermético, no quiero agua adentro. Ah, cerrá las perillas del gas en la cocina.
- Bueno. Conteste.
- ¿Sabes cocinar?
- Sí.
- Bien, entonces estas a cargo de las comidas también. Esta, es la heladera, y ahí están estibados los víveres. Muñeco siempre todo ordenado, mira que estas a cargo de todo…
- ¡Genial!
Esto me generaba mucha presión, me daban órdenes en un barco que no conocía, pero para esto me había formado, así que me tranquilice, y buscando, encontré cada una de las esclusas, tambuchos y ventiluces, los cerré correctamente. Todo lo hice solo aplicando lo que había estudiado hacia meses…
Después rápidamente revise el tema de las comidas, heladera, cocina, cacerolas y todo lo demás…
Yo mientras trabajaba adentro escuchaba lo que pasaba afuera…
- ¡Arriba la mayor!
- Vamos…
- ¡Desenrollar el paño en proa!
- Más rápido.
- ¡Corta motor!
- Listo…
- ¿Estamos navegando a Vela?
- Sí.
- ¡Caza la escota de proa!
- Más…, más.
- ¡Ahí!
- Bien, bien…
En cubierta se trabajaba a toda velocidad: la vela mayor ya estaba izada al igual que el yankee en la proa, desde adentro mientras me ponía mi traje de agua se podían escuchar las corridas y las ordenes impartidas a la tripulación para que vayan haciendo las maniobras, mientras el barco ya rolaba. En ese momento escuche:
- Muñeco a cubierta, no te quiero mareado…
- ¡Fila el traveller un poco a sotavento!
- Bien, bien…
- Caza más la mayor.
- Cazaaaa…
- No tanto, fila un pelín…
- Bien, bien, así…
- ¡Todos de a uno adentro, vístanse con traje de agua y botas!
Yo ya estaba cambiado, iba bien, me había adelantado a la situación, todo lo que relato paso en solo ocho minutos, cuando estábamos los cinco en la cubierta, el barco navegaba a vela, ya habíamos cortado el motor, nos encontrábamos en la línea de largada entre la flota, que contaba con más de veinticinco veleros.
Mientras yo trataba de disfrutar de todo el entorno de la regata, sonó el top y ya habíamos largado. Estábamos en regata con el cuchillo entre los dientes, a pura adrenalina, en un río con ola, y un viento lo suficientemente fuerte para que este velero navegara a unos 5 o 6 nudos de velocidad, con un viento soplando a 10 nudos de través, todavía no mojaba pero todos estábamos preparados.
En la foto vemos un Dangelo 24 escorado rabioso!!!
Croker Nauta.
